La liberación de la mujer tiene su origen en la lucha socialista

En ese ambiente de luchas obreras y de discusiones teóricas en el campo socialista, es donde nació la lucha por la participación política y, poco a poco , por la liberación de la mujer

La liberación de la mujer tiene su origen en la lucha socialista

La idea de la liberación de la mujer nació en la tierra fértil del movimiento socialista mundial, a finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX.

Las raíces de esta batalla pueden encontrarse en los escritos de Marx y Engels. La visión de la familia de la mujer proletária y de la burguesa que se desprende en el El Origen de la Familia, de la Propiedad y del Estado, de Engels, es la base de la visión de los socialistas sobre la necesidad de la liberación de la mujer proletária. La frase de Marx, “La opresión del hombre por el hombre se inició con la opresión de la mujer por el hombre”, tardó en dar sus frutos, pero dio.

Contemporáneos de Marx, Paul Lafargue y Laura Marx fueron batalladores de la igualdad y de la liberación femenina en sus varios escritos, sobre todo en su libro más conocido, Derecho a la Pereza.

Clara Zetkin, desde 1890, inmediatamente después de la fundación de la Internacional Socialista, comenzó a hablar, escribir y organizar la lucha de las mujeres para integrarlas a la lucha socialista. Proyectaba la visión de que ellas tomaran su lugar en la lucha de clases, su lugar en la revolución socialista que estaba próxima.

Fuera de la 2ª Internacional, la tradición anarquista, de la otra parte del movimiento obrero, también exigía la igualdad de hombres y mujeres. La realidad en aquel comienzo del movimiento de la clase trabajadora aún era dura: partido y sindicato eran cosas de hombres. Pero aún en ese ambiente desfavorable, grandes mujeres pasaron a discutir con los mayores liderazgos de la época y dejaron sus marcas en libros y artículos y en la organización de las fuerzas revolucionarias.

Fue en este embate de ideas que uno de los teóricos de la Internacional, August Bebel, en 1885, escribió su libro La Mujer y el Socialismo. Y es en ese gran río que desagua el célebre La Nueva Mujer y la Moral Sexual, de Alexandra Kollontai, más de 20 años después.

En ese ambiente de luchas obreras y de discusiones teóricas en el campo socialista, es donde nació la lucha por la participación política y, poco a poco , por la liberación de la mujer.

A partir del comienzo del siglo XX esa batalla de las socialistas se cruzó con la del movimiento de las mujeres independientes, en su mayoría pertenecientes a las clases media y alta, que estaban en campaña por el derecho de voto. Esas mujeres, en Estados Unidos y en Inglaterra, al reivindicar el sufragio para las mujeres, quedaron conocidas como las sufragistas y sus relaciones con las socialistas eran de conflicto, debido a las visiones y la posición de clase diferentes.