Habitantes de la Montaña de Guerrero migran al norte para buscar empleo

Disminución de la pobreza no pasó por la región Montaña; este fin de semana salieron de Chietepec 77 jornaleros y 38 niños

Habitantes de la Montaña de Guerrero migran al norte para buscar empleo

 Por Olivia Ortiz

Ante la falta de oportunidades para trabajar y sembrar en sus comunidades, este fin de semana, 77 jornaleros y 38 niños salieron de Chiepetepec, municipio de Tlapa de Comonfort hacia los campos agrícolas de Culiacán, Sinaloa, para enrolarse en los surcos de chile morrón. La temporada de migración empezó el 1 de septiembre, sumando en unos días, más de 147 familias jornaleras, de las cuales, la mitad son niñas, niños y jóvenes porque la supuesta disminución de la pobreza, tan promovida por el gobierno federal morenista, simplemente no pasó por la Montaña, donde las familias tienen que migrar para sobrevivir.

Con una mochila en la espalda, Miguel de la Cruz relata que tuvo que migrar este año para que sus dos hijas puedan estudiar en la comunidad de Chietepec. Lleva tres años migrando, en el 2024 estuvo en los campos de Chihuahua con su familia, luego estuvo en “La 20” y ahora nuevamente va al “campo 20” de Culiacán, al corte de chile morrón para juntar algo de dinero.

Narró que en el proceso de plantación de chile les pagaban 3.50 pesos el bote de 20 litros, después les pagan 331 pesos al día y este año desconoce de cuánto será el pago. En los campos agrícolas entran a trabajar a las 7 de la mañana y salen a las 5 de la tarde, cuando hace mucho calor la jornada termina a las 12 del día y en la tarde regresan al trabajo, recibiendo 60 pesos la hora extra.

Los jornaleros conocen la grave situación de violencia que prevalece en Sinaloa pero no tienen otra opción, “la verdad está muy peligroso, la recomendación es quedarnos en el campo sólo a trabajar”.

Doña Dolores, también de la comunidad de Chietepec, se va con sus cuatro hijos. Lleva más de 15 años migrando a Sinaloa porque en su pueblo no hay forma de salir adelante; ella lleva todos los documentos de sus hijos para que entren a la escuela; la más grande va a entrar a preparatoria, el que le sigue a 2º de secundaria, otro está en primaria y la más pequeña entrará al preescolar. Los dos más pequeños han estudiado cerca de los surcos.

Lamentablemente los niños tienen que dejar sus estudios para ayudar en los surcos y los adultos, hombres y mujeres, tienen que seguir migrando para sobrevivir, siempre al límite del desfiladero durante su ruta Tlapa- Veracruz, situación que empeora al arribar a Sinaloa, donde no sólo paran a migrantes centroamericanos sino también a familias jornaleras que van en busca de esperanza. Este viaje les garantiza empleo de 6 a 10 meses, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”.