El despertar del pueblo peruano

El despertar del pueblo peruano

Han pasado seis días desde el autogolpe fallido de Pedro Castillo y las protestas amenazan con seguir escalando en exigencia del adelanto de elecciones generales y el cierre del Congreso de Perú. Hasta el último reporte, las riñas entre policías y civiles habían causado siete muertos en el sur, dos de ellos adolescentes y tres de 18 años, además de un centenar de heridos y ataques a canales televisivos en Lima.

Para el nuevo Gobierno de Dina Boluarte, afín a la mayoría opositora, el caos que vive la nación que alberga a Machu Pichu, se trata de movilizaciones pagadas por “burócratas castillistas” o infiltrados que fueron parte de organizaciones terroristas desaparecidas a finales de los años 90. No obstante, para el pueblo peruano, el descontento viene desde el 2017 y se ha reavivado con los acontecimientos recientes.

Cabe destacar que, la mayoría parlamentaria conservadora, que intentó destituir desde el primer día de mandato a Pedro Castillo, un maestro rural, que no representaba los intereses de grupos económicos extranjeros ni de las grandes fortunas nacionales, tiene un 86% de desaprobación. Además, eligió un Tribunal Constitucional a su medida y quiso hacer lo mismo con el nuevo ‘Defensor del Pueblo’, aunque un recurso judicial presentado por el sindicato lo impidió.

Es vital explicar que, Pedro Castillo debe su triunfo a la rápida descomposición de todas las fuerzas políticas tradicionales y a sus primeras promesas de profundas reformas del Estado peruano a favor de los menos favorecidos, incluyendo la creación de una asamblea constituyente, además del colapso del régimen de explotación capitalista (43% de desnutrición infantil, cerca de la mitad de la población en estado de pobreza, grandes desigualdades y desempleo).

Asimismo, puede adjudicar su desastroso gobierno, no a su “imposición de las políticas izquierdistas” o “sus inclinaciones dictatoriales”, como solía argumentar la presidenta de la derecha, sino a su evidente inexperiencia política, falta de un equipo propio y un proyecto contundente para el país.

Aunado a las viejas prácticas de la izquierda, acostumbrada a ser la oposición, pero poco capaz de unirse por una agenda propositiva. En este sentido, expertos adjudican el derrumbe del gobierno de Castillo a la estrategia “institucionalista” de allanarse a la Organización de los Estados Americanos (OEA), respetar el estatus quo y establecer acuerdos con la centroderecha.

Cabe recordar que, en tan solo cuatro años, Perú ha tenido seis presidentes, y en 16 meses 78 ministros, situación que puede ser explicada por tres factores: la segunda vuelta electoral (SVE), la parlamentarización de su presidencialismo (en aumento en Latinoamérica), y un deficiente diseño constitucional.

En tanto, el Gobierno de Perú extendió este miércoles el estado de emergencia en todo el país ante el aumento de protestas a favor de Castillo.

Viendo el reflejo de México en la situación por la que hoy atraviesa la nación sudamericana, se debe destacar la importancia de fortalecer el federalismo, contar con un claro proyecto político y atender a las principales problemáticas sociales que hoy aquejan a nuestro país y que generan descontento en la población.