Argentina vive huelga general de obreros contra medidas de Milei

Argentina vive huelga general de obreros contra medidas de Milei

Este jueves se espera la huelga general convocada por las centrales sindicales del país, evento al que el gobierno consideró una medida de fuerza política en su contra. La protesta rechaza las medidas de ajuste del Estado, lo que tiene calles, transporte público, bancos y comercios con baja afluencia. 

"Es un paro netamente político, que le complica la vida a muchísima gente, absolutamente inatendible", ponderó el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en su habitual rueda de prensa en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo.

Se trata de la segunda huelga general de 24 horas que enfrenta el Gobierno de Milei desde que asumiera en funciones hace cinco meses transcurre con un alto acatamiento debido a la adhesión de casi todos los sindicatos de transporte.

La inactividad se hace sentir en las calles, en las que apenas hay movimiento, aunque algunos comercios sí abrieron en la ciudad de Buenos Aires.

La atención en hospitales se encuentra reducida, las escuelas públicas no han abierto sus puertas y las privadas igual han visto afectado su funcionamiento ante la dificultad de que los habitantes del país puedan trasladarse.

Para el Gobierno de Javier Milei, el paro convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos ramas de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) se mantiene "a base de piedrazos, extorsiones y amenazas".

"Qué difícil medir el acatamiento cuando no te dejan movilizar", apostilló tras agradecer a los trabajadores que no se adhirieron a la medida de fuerza.

El portavoz presidencial denunció que algunos conductores de autobuses fueron agredidos por no sumarse al paro, y que "fuerzas de choque del sindicato de Camioneros", uno de los más poderosos del país, trató de evitar que los trabajadores pudieran ingresar a fábricas en las localidades de Pacheco, San Lorenzo y San Martín, municipios de la provincia de Buenos Aires (este).

Aunque no hay previstas movilizaciones, Adorni ratificó que está vigente el protocolo antipiquetes del Ministerio de Seguridad, que impide cortes de la vía pública.

En simultáneo, "las fuerzas federales están custodiando edificios y rutas, y se ha dado la orden de que estén preparados con todo su equipamiento para actuar en caso de que ser necesario", puntualizó.

Según el portavoz, "en estos momento de Argentina, un paro de cualquier índole es absolutamente descabellado".

Los organismos públicos también acusan la contundencia de la huelga, pese a que Adorni señaló una vez más que la jornada sería descontada a quienes se sumaran al paro.

Los servicios de trenes no funcionan y centenares de vuelos tuvieron que ser suspendidos, ante el acatamiento del paro en el sector del transporte que en la capital argentina solo ha desafiado una empresa de autobuses que reúne varias líneas, Dota.

La recolección de residuos tampoco funcionará este jueves en la ciudad de Buenos Aires.

La medida de fuerza se dirige contra el ajuste del gasto público ejecutado por el Gobierno de Javier Milei, que fue de más del 30 por ciento en el primer trimestre, y también contra una norma que impulsa el Ejecutivo en el Congreso.

La Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, "ley ómnibus" que se tramita en el Senado, habilita la privatización de empresas públicas, otorga facultades legislativas al presidente e introduce numerosas reformas de calado, como una reforma laboral, otra impositiva, y un cuestionado régimen para fomentar las grandes inversiones.

En un clima creciente de conflictividad social por la política de ajustes de Milei, sindicatos del transporte realizaron el lunes asambleas de protesta con cese de actividades que afectaron los servicios de vuelos, trenes, subterráneos y transporte de cargas, mientras que el martes hubo una protesta de movimientos sociales con cortes en 500 puntos del país.

La recesión que golpea la economía argentina, en un contexto en el que los salarios han perdido su poder adquisitivo debido a la inflación, ha llevado a que la producción industrial y la construcción retrocedieran en el primer trimestre 14,8 y 30,3 por ciento respectivamente.