Rusia y China critican los aranceles elevados por su impacto en la economía global

Rusia y China subrayan que el uso de restricciones y aranceles elevados por parte de ciertos países perjudica la economía mundial, socava la competencia justa y obstaculiza la cooperación internacional en la lucha contra los principales desafíos que enfrenta la humanidad.
La declaración conjunta de Rusia y China sobre el fortalecimiento de sus relaciones de asociación integral y cooperación estratégica en una nueva era, con motivo del 80 aniversario de la victoria de la URSS en la Gran Guerra Patria de 1941-1945, la victoria del pueblo chino en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa y la fundación de la ONU, fue publicada en el sitio web del Kremlin.
"Las partes destacan que la aplicación de restricciones comerciales y financieras por parte de algunos países y sus asociaciones, como las medidas unilaterales ilegítimas y los aranceles aduaneros elevados, así como otros métodos de competencia no basados en el mercado, tienen un efecto negativo en la economía mundial, socavan la competencia justa y dificultan la cooperación internacional para enfrentar desafíos clave para toda la humanidad, incluyendo la seguridad alimentaria y energética global, y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU", indica el documento.
Además, los dos países "se oponen firmemente al acoso unilateral ilegítimo, al abuso mediante aranceles aduaneros y controles a la exportación, así como a otras medidas proteccionistas unilaterales que destruyen el orden económico y comercial internacional y tienen un impacto negativo grave en el funcionamiento de las cadenas globales de producción y suministro".
La Administración de Donald Trump busca reindustrializar Estados Unidos y reducir su déficit comercial con otros países.
El 9 de abril, la administración de Trump anunció una moratoria de 90 días sobre los llamados aranceles "recíprocos" que iba a aplicar a partir de esa fecha a decenas de países.
Por ahora, Estados Unidos mantendrá una tasa universal del 10 por ciento para todas las importaciones, a excepción del acero, el aluminio, los coches y las autopartes, que serán gravados con el 25 por ciento, así como una veintena de componentes y dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, a los que se aplicará una exención arancelaria con carácter provisional.
Mientras, las mercancías chinas serán gravadas en EEUU con un impuesto del 145 por ciento; y algunas, con una tasa del 245 por ciento luego de que Pekín devolviera el golpe a Washington.
Desde el 12 de abril, China aplica una tasa del 125 por ciento a los productos que importa de EEUU.