¿En qué manos estamos?

¿En qué manos estamos?

Cuando algún funcionario, o el propio presidente López Obrador, tomaban decisiones que ella consideraba iban en contra de la mayoría de los mexicanos, o bien decían cosas falsas o cometían errores garrafales, una buena amiga mía, Sarita Aguirre, solía decir a su interlocutor la frase con la que hoy titulo mi colaboración. Estoy segura de que si ella aún viviera, volvería a utilizarla en los casos siguientes.

El 16 de noviembre, la profesora Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), compareció ante la Comisión de Educación del Senado de la República. En su discurso, la profesora Gómez dio muestras de ignorar la geografía de nuestro país, pues en su relatoría sobre un reciente recorrido de trabajo a Cananea, partiendo de la ciudad de Hermosillo, no tuvo empacho en decir: “Hoy que tuvimos la oportunidad de ir a Jalisco, de Jalisco de lo que es precisamente Hermosillo, pues son precisamente cuatro horas a la comunidad de Cananea…”, y continuó hablando como si nada, o sea que la secretaria de Educación Pública está convencida de que tanto Hermosillo como Cananea ¡están en el estado de Jalisco! Así las cosas, imaginemos qué tanto aprendieron sus alumnos de primaria durante los 17 años que fue profesora en su natal Texcoco, Estado de México. Recordemos, además, que la hoy secretaria de la SEP fue presidenta municipal de Texcoco (impulsada por Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo), diputada federal de Morena y candidata, también de Morena, a la gubernatura del estado de México para las elecciones de 2017, donde no logró el triunfo.   

Pero como sabemos, al presidente López Obrador la falta de conocimientos de la titular de la SEP lo tiene sin cuidado, a pesar de los años de haber ejercido como profesora, pues el día que tomó posesión de su nuevo cargo señaló que Gómez tiene “muchas convicciones, es honesta, trabajadora”. De que sea mujer de “muchas convicciones” y “trabajadora”, no puedo decir nada, simplemente porque nunca he cruzado palabra con ella. Pero ¿honesta? ¿Acaso al presidente ya se le olvidó el escándalo del descuento del 10 por ciento de su salario quincenal a 550 trabajadores del ayuntamiento de Texcoco y del DIF municipal para financiar su campaña a gobernadora, diezmos que se empezaron a retener a un mes de que Delfina Gómez asumiera la presidencia municipal y concluyeron en julio de 2015? Pues al INE no se le olvidó y por ese hecho, que le redituó a Morena y a su candidata 13 millones de pesos, el 3 de noviembre acaba de acordar sancionar a la propia secretaria y a Morena con más de cuatro millones de pesos, además de dar vista a las autoridades correspondientes para los efectos legales a que haya lugar, independientes de los temas electorales.

Un caso similar es el de la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), Ana Guevara, quien ejerce dicho cargo desde diciembre de 2018. El pasado 24 de noviembre, durante la ceremonia del Premio Nacional de Deportes 2021, la ex medallista olímpica en Atenas 2004, también dio muestras de su ignorancia, pero ella en ortografía, pues al leer su discurso y citar alguna frase confundió los paréntesis con los asteriscos, “abro asteriscos”, dijo, en lugar de decir “abro paréntesis”. Cuando el presidente López Obrador la nombró, aunque no hubo tantos elogios como en el caso de la hoy titular de la SEP, expresó que “Fue una decisión pensada, no actuamos con ocurrencias. Analizamos que era necesario que en el deporte estuviera una atleta, una medallista olímpica, orgullo para nuestra nación, como ustedes, Ana Guevara”. Afortunadamente para él, no hizo uso de su calificativo preferido, pues no la calificó de honrada. 

Con el paso del tiempo, ha quedado demostrado que este “orgullo para nuestra nación”, no ha sido tal, pues la directora general de la CONADE no solo se ha visto involucrada en problemas administrativos sino también en problemas deportivos. Por los primeros, fue citada por la Comisión de Deporte de la Cámara de Diputados a comparecer “varias veces, sin embargo, la funcionaria no ha atendido el llamado”, señaló a mediados de mayo de 2020 el diputado Ernesto Vargas Contreras, presidente de dicha comisión. Cuando Guevara finalmente accedió a la solicitud de comparecencia, quedó bastante clara su molestia por tener que acudir a rendir cuentas sobre el ejercicio del presupuesto del año 2019 asignado a la dependencia. Además, los legisladores también querían conocer qué acciones había realizado para solventar las observaciones que le había hecho la Secretaría de la Función Pública (SFP), sobre las denuncias de posibles desvíos de recursos por más de 50 millones de pesos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) en la compra de materiales deportivos, puesto que Guevara no había aclarado por qué las comprobaciones se realizaron a través de empresas fantasma y documentación apócrifa. 

Pero el asunto no para ahí, pues la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que es una instancia técnica y autónoma perteneciente a la Cámara de Diputados, dio a conocer en febrero de este año que detectó más de186 millones de pesos por aclarar en el ejercicio del gasto público de la CONADE, derivados principalmente por el pago de servicios que no se realizaron y posibles sobornos para adjudicar contratos. Recordemos que ya en febrero del año pasado, la entonces titular de la ASF, Irma Eréndira Sandoval, había señalado irregularidades en un contrato entre la CONADE y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, para prestar servicios informáticos integrales, servicio que de acuerdo con la ASF dicha universidad pública no acreditó que su personal estuviera certificado para prestarlo, irregularidades que, de acuerdo con la ex titular de la ASF, implicaban un “potencial daño patrimonial por más de 14 millones de pesos”. A pesar de ello, en ese entonces la funcionaria concluyó que “hasta el momento no hay condiciones para presentar una denuncia procesal contra algún funcionario de la comisión o fincar alguna responsabilidad o sanción a la titular”. Situación que por lo visto sigue igual, a pesar de los tres expedientes abiertos en su contra, pues apenas el 24 de noviembre, día de la ceremonia de entrega del premio antes referido, el presidente López Obrador dijo: “Quiero hablar de alguien muy especial: de Ana Guevara, que no solo se destacó como buena deportista, sino que ahora está actuando como buena servidora pública”, pues “pasó la prueba”, en referencia al hecho de haber declinado de sus aspiraciones como candidata a gobernadora de Sonora, su estado natal, en las elecciones de junio pasado. ¿O sea que el presidente de la república, que ha hecho del combate a la corrupción la principal bandera de su cuarta transformación, prefiere ganar elecciones que castigar los probables actos de corrupción de sus funcionarios?

Por supuesto, los dos casos aquí expuestos no son, ni de lejos, los únicos, y seguramente seguirán produciéndose otros en lo que resta del actual sexenio. ¿Tenía o no razón doña Sarita Aguirre? Sí, la tenía. Quienes sabemos que es urgente cambiar la gravísima situación económica y social en que se encuentra nuestro país y, por tanto, la inmensa mayoría de los mexicanos, sabemos también que es indispensable cambiar las manos en que estamos ahora por las manos del pueblo. “Llegó la hora del pueblo -como lo ha reiterado nuestro secretario general, el ingeniero Aquiles Córdova Morán-, la hora en que por fin actúe por su cuenta y riesgo, formule su propio programa de país, se organice y luche en beneficio suyo y de sus descendientes”.