El fracasado “vamos bien” de AMLO

El fracasado “vamos bien” de AMLO

El Gabinete de Comunicación Estratégica dio a conocer a través de una encuesta realizada, que el “65 por ciento de los mexicanos cree que la inseguridad en México ha aumentado durante la administración del presidente Andrés Manuel”, cifra que desafortunadamente no es una tendencia que pueda marcarse a la baja sino todo lo contrario. 

Estadísticas oficiales y expertos han señalado que este sexenio ha sobrepasado los índices de administraciones neoliberales al superar los más de 124 mil homicidios dolosos en los tres años y medio de gobierno morenista, a pesar de que se sigue culpando a los anteriores de lo que sucede con la epidemia de violencia que nos azota a cada momento. 

La situación se ha recrudecido por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua y la reciente agresión en Michoacán. Así como los diversos sectores de la sociedad: políticos, expertos en temas de seguridad, intelectuales, jóvenes, periodistas, mujeres y la lista continúa. La iglesia ha hecho un llamado enérgico a que se cambie la estrategia de seguridad fallida puesto que los “abrazos no balazos” no está funcionando. ¿Cuál ha sido la respuesta? Los han tachado de hipócritas, sumisos a los “anteriores gobiernos”, una necedad total a recibir críticas de quienes no comulgan con sus ideas morenistas. 

Y es que las pruebas son más que evidentes. Los más de 124 mil homicidios, las masacres, los secuestros y desapariciones son sólo la punta del iceberg de la crisis en la que se encuentra el país. 

Mucho se presumió y defendió con la creación de un cuerpo especial para combatir la inseguridad heredada: la Guardia Nacional. Acaba de cumplir tres años y las expectativas puestas en ella como solución a las muertes violentas está muy lejos de cumplir su objetivo, al igual que el ejército a quienes se les utiliza como albañiles, repartidores de medicinas o de lo que se le ofrezca al tabasqueño menos para lo que fueron creados. 

Este gobierno prefiere hacer pactos con los cárteles que combatir el problema de raíz, que por cierto no es la corrupción. 

A como dé lugar y aunque en ello se lleven más vidas inocentes, Andrés Manuel insite en no cambiar la estrategia y se vale para salir del paso, de la imagen de políticos ya detenidos ligados a la violencia, como es el caso de Genaro García Luna, para atraer la atención en primera y desligarse del problema pero también con miras a las próximas elecciones que como hemos visto sobre todo en el último mes, han comenzado pese a que es un crimen grave. ¿Pero eso cuándo les ha importado?

El país se está desangrando pero las corcholatas ya comienzan a hacer actos anticipados de campaña. 

Luego entonces ¿qué opciones le van dejando a los mexicanos? Es la misma pregunta que nos seguimos haciendo. La misma encuesta del Gabinete de Comunicación adelanta que el 46 por ciento de los encuestados considera que para las elecciones del 2024 se le “debe dar la oportunidad de gobernar a otro candidato de otro partido distinto de Morena, aunque la mayoría no sabe a qué partido elegiría”. ¿Y la “oposición”? Sigue sin aprender la lección, sigue perdida en propuestas absurdas como el permitir portar armas para defendernos, el no hacer propuestas objetivas y contundentes ante la crisis económica, de salud, educativa, del trabajo y un largo etcétera que pagamos diariamente. 

Hace muchos meses que la famosa frase del “pero vamos bien, vamos y bien y lo puedo probar hasta con números. Porque yo tengo comunicación con la gente” que tanto vapulea Andrés Manuel ha quedado rebasada. Somos nosotros, los millones de mexicanos que padecemos esta política de cuarta quienes daremos el cambio, no Morena ni Andrés Manuel, el pueblo mexicano.