Informalidad e inflación, dos trabas en la disminución de la pobreza en México

Informalidad e inflación, dos trabas en la disminución de la pobreza en México

Sin acceso a seguridad social, contratos o creditos para la vivienda y temporadas de baja en las que las percepciones son prácticamente inexistentes, así laboran los 32.4 millones de trabajadores en México que se emplean en alguna modalidad del sector informal, lo que representa el 55.4% del total de empleos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) destaca que, en el mercado laboral se distinguen cuatro grandes tipos de trabajo informal: los trabajadores informales que se emplean en una empresa formal; los que se autoemplean de manera informal; los trabajadores informales del sector agro y otros tipos de trabajadores informales. Asimismo, indica que solo 26.1 millones de empleos son considerados formales.

En este contexto, información de Data México y la Secretaría de Economía refiere que, el número de vendedores ambulantes durante el segundo trimestre e 2022 fue de 1.58 millones de personas, lo que representa un incremento del 10% en comparación con el primer trimestre del año, cuando eran 1.44 millones.

El salario promedio de un vendedor ambulante en el país es de tres mil 400 pesos al mes, cifra que disminuyó 2.3% en comparación con los tres primeros meses del año. Siendo las entidades de Estado de México (337 mil), Ciudad de México (168 mil) y Puebla (137 mil), las que contribuyeron con un mayor número de vendedores ambulantes de abril a junio del año en curso.

En este sentido, BBVA explica que el ingreso laboral mensual real promedio de la población en situación de informalidad es de 4 mil 524 pesos, mientras que el de los trabajadores formales es de 9 mil 312 pesos. En tanto el ingreso real promedio de los trabajadores informales no ha logrado superar los niveles pre pandemia.

Por su parte, el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO) expone que, por cada 100 pesos que un trabajador formal gana por sus labores, uno informal percibe solo 55 pesos; a su vez 22 de cada 100 trabajadores informales reciben recursos mensuales escasos que no logran cubrir el costo de la canasta alimentaria básica.

Por ende, el acceso a una cuenta de ahorro para el retiro, a servicios médicos, a apoyo para el cuidado de menores, a días de vacaciones garantizados o prestaciones están lejos del alcance del importante número de la población que labora en el sector informal.

Si bien se ha percibido una predominancia en la informalidad en México durante las últimas tres décadas, es decir desde 1987, el aumento en la inflación, especificamente en alimentos, ha generado el crecimiento de la pobreza laboral que, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) supera los 2.4 millones personas en el tercer trimestre de 2022.

El Coneval refiere que, entre julio y septiembre, los trabajadores en pobreza laboral, es decir, aquellos con un ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta básica de alimentos, pasaron de 49.2 millones (38.3%) a 51.6 millones (40.1%), es decir, 2.4 millones más en tan solo tres meses. Situación coincidente con el incremento sustancial, de entre 20 a 40%, en los precios de algunos productos de la canasta alimentaria.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró al inicio de su mandato que no aumentaría la inflación en el país, en septiembre pasado esta alcanzó su punto máximo con una cifra general anual de 8.7%, de acuerdo con el Inegi, lo que implica la mayor alza de precios en 22 años.

Destacando los aumentos no solo en diversos alimentos básicos como la tortilla y el jitomate, sino también en loncherías, fondas, torterías y taquerías. Asimismo, la inflación subyacente, que corresponde a los productos y servicios de menor volatilidad, continúa su tendencia al alza.

A pesar de los datos, el titular del Ejecutivo federal se niega a asumir las consecuencias de una política económica mal enfocada que apremia a la población a caer en la informalidad ante la falta de oportunidades y los empleos precarios, e incluso augura un decrecimiento inflacionario, pues “ya llegó a su techo, a su límite máximo y va a empezar a bajar”.