El Metro, ¿asunto de seguridad nacional?

El Metro, ¿asunto de seguridad nacional?

Sin contar aún con los peritajes técnicos sobre los recientes accidentes ocurridos en el Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, ni tampoco con el resultado de las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, la jefa de gobierno de la capital Claudia Sheinbaum, sin pensarlo dos veces, solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador que autorizara la presencia de elementos de la Guardia Nacional para que vigilaran toda la red del Metro con el objetivo de impedir “episodios fuera de lo normal” que, según las autoridades capitalinas, puede tratarse de actos “premeditados y malintencionados” para crearle problemas a la autoridad. El presidente, también sin dudarlo ni un momento, accedió de inmediato a la petición y dispuso de seis mil agentes de la Guardia Nacional (GN) para la vigilancia del servicio. ¿Y los peritajes? ¿Y el informe de la fiscalía capitalina? Esos sobran, por lo visto.  

Fue así como los cuatro millones 600 mil usuarios que diariamente utilizan este transporte, se encontraron el pasado jueves 12 de enero con la sorpresa de que ahora serían vigilados por un cuerpo dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional, además de infiltrar a algunos de ellos como “usuarios simulados” entre los pasajeros. Entre los usuarios, la medida ha sido tomada por unos pocos con escepticismo y por la mayoría con temor y enojo. También han sido muchas las voces que se han pronunciado en contra de ella; organismos de derechos humanos aseguran que el despliegue de la GN implica militarizar un transporte de usuarios civiles. En un comunicado, Aministía Internacional la criticó severamente pues afirmó que con tal medida, “se atenta contra el principio de excepcionalidad, abonando al proceso de normalizar la militarización del país”. Alejandro Hope, analista en seguridad y columnista del diario El Universal, señaló: Frente a la crisis generada por el más reciente accidente en el Metro, había que contar una historia que alejase la atención del Palacio del Ayuntamiento. La teoría del sabotaje masivo y reiterado cumple ese propósito. A la par, había que ofrecer algún tipo de respuesta vistosa, fuese útil o no para enfrentar la supuesta amenaza. Poner a muchos guardias nacionales a patrullar el sistema encaja en esa lógica”. (El Universal, 12 de enero de 2023).  

Los “episodios fuera de lo normal” se han convertido en episodios normales. Son incontables las quejas de los usuarios y testimonios de los medios de comunicación por el mal funcionamiento de este medio de transporte y las múltiples averías que presenta. La inmensa mayoría de quienes lo utilizan han sido víctimas, entre otras cosas, de escaleras eléctricas que no funcionan, de esperas angustiantes por la tardanza con que llegan los trenes, misma que provoca que los andenes y los vagones se abarroten (ha habido ocasiones en que la gente entra o sale por las ventanas al no poder hacerlo ya por las puertas), en época de lluvias el agua cae en cascada por andenes, pasillos y escaleras, las puertas se abren en pleno recorrido, se caen cables eléctricos, repentinamente hay fuego y humo, etc. Esta situación, ¿se debe a actos “premeditados y malintencionados” o a la falta de mantenimiento? Concuerdo con la mayoría: la causa es la falta de mantenimiento, cuya responsabilidad recae directamente en la jefa del gobierno capitalino. En lo que va de su administración, se han suscitado tres accidentes graves con un saldo de 31 muertos y poco más de doscientos cuarenta heridos, además del incendio en el Centro de Control del Metro, que dejó una mujer policía fallecida y 29 intoxicados.   

¿Qué dicen los trabajadores del Metro? Son también múltiples sus quejas por las malas condiciones en que trabajan y por la falta de herramientas y refacciones para darle mantenimiento a los trenes e instalaciones fijas. El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo denunció que lleva meses advirtiendo del peligro que implica la falta de mantenimiento tanto para los usuarios como para los conductores y, sin embargo, “ni el Congreso Local ni las autoridades que encabezan la gestión del sistema de transporte público han brindado la atención correspondiente”.

La jefa de gobierno dice que hay dinero para el Metro; sí, hay, pero menos. El presupuesto destinado al mismo se ha recortado en lo que va de su administración a 3 mil 112 millones 665 mil 183 pesos, lo que ha impactado en el mantenimiento y reparación, así como compra de equipo ferroviario e inversión en infraestructura, y para este año volvió a sufrir un nuevo recorte, quedando en 18 mil 847 millones de pesos. ¿Se trata de falta de mantenimiento o de un “asunto de seguridad nacional”, como asegura el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, el morenista Martí Batres?  

Y para completar la faena -a pesar del reconocimiento que Claudia Sheinbaum hizo del desempeño de los trabajadores que mucho se lo merecen-, ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se presentaron recientemente en los talleres centrales del Metro para, según la jefa de gobierno, dar asesorías. “Es más bien una asesoría, ayer pregunté al director del Metro, porque no tenía el total conocimiento [¡!], y es más bien una asesoría relacionada con ingeniería industrial; o sea, con esquemas de seguridad y demás, pero más bien de los propios procesos más que de seguridad pública en el Metro”. (razon.com.mx del 19 de enero de 2023). El ejército mexicano, además de pasar a ser uno de los grandes constructores bajo el gobierno de la 4T, ¿también se hará cargo del manejo del Metro? A ese paso, ¿quién cumplirá su encargo, que es la defensa de la soberanía nacional? El asunto es bastante delicado y no debemos ignorar sus consecuencias y manifestarnos en contra de la militarización del Metro, que es un transporte de civiles.

 

Ciudad de México, a 21 de enero de 2023