Dos Bocas costará el triple de lo prometido por la 4T

En 2018 se dijo que costaría 6 mil millones, ya va en 14 mil millones y podría llegar a los 18 mil millones

Dos Bocas costará el triple de lo prometido por la 4T

El próximo viernes, 1 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, este proyecto esta marcado por la opacidad, el sobrecostos y las múltiples irregularidades.

De acuerdo con El Financiero, en julio del 2018, antes de asumir la secretaría, Rocío Nahle visitó los terrenos de la refinería, ubicados en Paraíso, Tabasco y, ante periodistas, declaró que la refinería costaría 6 mil millones de dólares y su producción estaría entre 500 y 600 mil barriles diarios.

Posteriormente, el 9 de diciembre de 2018, el presidente López Obrador ajustó la cifra a 8 mil millones de dólares, con una refinación de 340 mil barriles diarios.

El 24 de junio, López Obrador reconoció que el gasto de la obra, insignia de su objetivo para alcanzar la “autosuficiencia energética”, tuvo un aumento de hasta 12 mil millones de dólares, que sería un 50% más de los 8 mil millones originalmente planteados.

Sin embargo su costó pasó de 8 mil millones de dólares a 14 mil millones autorizados este año de acuerdo por lo publicado por Bloomberg; aunque cálculos de expertos ponen la cifra todavía más alta, porque los contratos de construcción ya firmados, de 14 mil millones en mayo de este año, crecerán, previsiblemente, hasta 16 mil o 18 mil millones, por un efecto combinado de inflación y costos financieros mayores, según lo publicado por Amy Stillman de Bloomberg la semana pasada (https://bloom.bg/3yu7FON).

Estos datos son recabados tras arduas investigaciones, pues Hacienda no lleva un registro del avance físico y financiero de la obra, mientras que Pemex limita detalles afirmando que su filial PTI Infraestructura de Desarrollo “no es sujeto obligado de la Ley General de Transparencia”.

En tanto, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha detectado varias irregularidades, como el inicio de obras sin Manifestación de Impacto Ambiental Regional –similar a lo que sucedió con el Tramo 5 del Tren Maya–, opacidad, así como deficiencias y pagos en exceso e injustificados.