Revocación de mandato confirma desencanto por AMLO

La prioridad de Andrés Manuel y Morena, nunca ha sido hacerle justicia al país

Revocación de mandato confirma desencanto por AMLO

Y el capricho presidencial se cumplió. En esta ocasión, el relacionado con la Revocación de Mandato, realizado el fin de semana anterior, ese mecanismo impulsado por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido con la clara intención de satisfacer su ego personal y autoelogios.

Sin embargo, las cifras revelaron al menos dos puntos. El primero tiene que ver con el hecho de que más mexicanos mostraron su desencanto con el presidente y Morena, ellos que prometieron sacar a México de los problemas que lo aquejan, pero como es bien cierto, dichos problemas se agudizan, entre ellos, la pobreza, el desempleo y la violencia. Y es que López Obrador sigue responsabilizando al pasado, a gobiernos anteriores, al neoliberalismo; y para millones de mexicanos, lo que esperan es que se ponga a trabajar y de resultados.

El otro. Al partido en el poder, pero sobre todo al propio presidente, quien ha vivido de campaña en campaña –incluso ya como gobierno, desde Palacio Nacional y sus giras los fines de semana-, la consulta popular es un termómetro para las elecciones de este año, pero sobre todo rumbo al 2024.

En primer lugar, el abstencionismo reinó en la Revocación de Mandato, pues sólo 16 millones 502 mil 636 (17.7 por ciento) asistieron a las urnas, 83 por ciento de todo el padrón electoral no asistió. De quienes sí, poco más de 15 millones votaron a favor de que el tabasqueño siga al frente del país, y un millón 63 mil por revocarle el cargo.

A pesar de la movilización descarada que hicieron lo mismo servidores públicos de primer nivel como secretarios y subsecretarios, no lograron sumar los 30 millones de votos como en antaño.

Aunque lo cierto es que aquí interviene el descontento de millones de mexicanos que han experimentado y manifestado a lo largo de tres años, ante los problemas económicos, políticos, sociales que se han presentado y que lejos de hacer válida la consiga de “primero los pobres”, justo son ellos quienes pagan las consecuencias de esta “austeridad y combate a la corrupción” que encabeza López Obrador

Vale la pena detenerse en la fuerza que alcanzó en cada estado ya que es aquí donde se pondrá la lupa en muchos aspectos. Como era de esperarse, la zona sur del país (Tabasco, Chiapas, Campeche), Veracruz y Tlaxcala todas las entidades gobernadas por Morena, fueron las que representaron la fuerza principal en esta elección, quizá algunos como pago al tabasqueño. Sin embargo, otras, como la CDMX, la cual es gobernada por una de las suspirantes a suceder al de Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum, obtuvo poco más de millón y medio de votos a favor de Andrés Manuel, pero que comparados con los alcanzados en las elecciones de 2018 que le dieron el triunfo también al presidente, apenas alcanza un tercio del total. Lo mismo sucede con Baja California, Sonora y Michoacán, todos también gobernados por Morena. ¿Les cobrarán la factura o les pedirán nuevas estrategias para acrecentar la simpatía de su partido?

Y en este sentido, el INE demostró profesionalismo y capacidad en la organización de la Revocación de Mandato, pese a las descalificaciones en su contra parte del propio presidente y sus seguidores. Además, quedó al descubierto que Morena aplica la ley a conveniencia, puesto que se cometieron infinidad de violaciones y delitos electorales de los que tanto se quejaron como el acarreo descarado de ciudadanos a las urnas, el cual se encargaron de catalogar como de alta gravedad y que pedían con desesperación un castigo ejemplar siempre y cuando se aplicara a sus enemigos. Todo eso se les olvidó porque lo vimos ejecutarse de los mismos funcionarios federales, hasta los de menor nivel, lo que adelanta un posible fraude electoral para este y 2024, siempre y cuando los resultados no los favorezcan.

De esta farsa de ejercicio de democracia quedan pérdidas económicas, legales y de oportunidades que nos cuestan a todos los mexicanos. También el papel que jugó el INE al procurar la realización de este ejercicio pese a las descalificaciones y reducción de recursos.

Así como puede ser un termómetro para medir la aprobación del partido en el gobierno y redireccionar sus prioridades con miras a las elecciones dentro de dos años, también es una oportunidad para que la oposición cambie el discurso que hasta el momento ha mantenido y realmente juegue su papel de capitalizar todo ese descontento, deficiencia que hasta el momento no ha podido lograr.

Pero sobre todo es una oportunidad para que los millones de mexicanos vean que la prioridad de Andrés Manuel y Morena, nunca ha sido hacerle justicia al país por el contrario, la denostación, la injuria, el desprecio, la imposición, el gobernar con total autoritarismo lo estamos pagando con vidas, lo cual también da una esperanza de que la gente está tomando conciencia de que no es aquel “redentor” como se vendió en 2018. Han bastado tres años para mostrar su verdadera cara y comprobar que “Morena no es la esperanza de México”, que son y serán unos oportunistas, mafiosos que repiten la historia de lo que tanto critican.

Estamos a tiempo de seguir despertando y hacer el cambio nosotros mismos.