Niño muerto es transportado en una bolsa de plástico por su mamá

Niño de cinco años le explotó el corazón y murió, su madre decide vestirlo, meter su cuerpo en una bolsa transparente y rodearlo de cobijas, lo carga para llevarlo a Acambay, en el Estado de México, en donde hizo algunas raíces.
Sin embargo, la mujer junto con el menor pasaron desapercividos por varias horas, las personas no se detenian a observar que la mujer cargaba entre sus brazos a su hijo muerto.
Fue hasta que ella se detiene, hasta que se sienta en una banca de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente que alguien lo nota. Una mujer lleva un niño envuelto en una bolsa, un niño que no se mueve.
Ante ello, la policía se acerca, a lo que la mujer dice que sólo quiere regresar a su pueblo, debido a que su hijo murió porque padecía de una enfermedad cardiaca, una arritmia que no lo dejaba jugar como a cualquier otro niño. Por lo que la madrugada del domingo antes de poder llevarlo a un hospital su corazón no aguantó, convulsionó y murió a las dos de la mañana.
Ante este hecho la madre del niño no supo qué hacer. Salvo por el hombre que la acompañó, no tuvo a nadie en la Ciudad de México, por lo que decidió llevarlo por su cuenta. En la pobreza la lógica se adapta a la fuerza de los brazos.
Los policias la retuvieron por unas horas debido a que elementos de la Procuraduría General de Justicias le realizo al menor estudios periciales los cuales confirmaron que habia perdido la vida de causas naturales.
Ante esto, una funeraria los traslado a Acambay, por lo que los brazos de la madre porfin pudieron descarnsar, pero no su corazón.
Las fotografías son de una mujer con un gesto duro, con un semblante desencajado, una mujer que nadie creería que tiene 25 de años de edad, porque revela una pobreza que parece haber padecido muchos años más. La pobreza viene acompañada casi siempre de tragedia, de ausencias, de resignación ante un destino que no se eligió y que encuentra en las arrugas y el endurecimiento de la piel la única forma de manifestarse.
Cabe mencionar que, Miguel Ánguel, el menor envuelto en una bolsa de plástico, es uno de esos niños que forman parte del 48% en el país que nace, vive y muere en situación de carencia, esto de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).