Maduro ordena investigar presunto plan terrorista contra embajada de EEUU en Caracas

Maduro ordena investigar presunto plan terrorista contra embajada de EEUU en Caracas

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la apertura de una investigación sobre un presunto plan terrorista que tenía como objetivo colocar explosivos en la embajada de Estados Unidos en Caracas. Durante su programa semanal Con Maduro+, el mandatario aseguró que se trataba de una operación de “falsa bandera” destinada a generar una escalada de tensiones en medio del reciente despliegue militar estadounidense en el Caribe.

Maduro afirmó que, pese a las diferencias políticas y diplomáticas con Washington, el gobierno venezolano ha reforzado la seguridad en torno a la sede diplomática estadounidense y mantiene su protección garantizada. Agregó que el Ejecutivo cuenta con información proveniente de dos fuentes —una nacional y otra internacional— que confirmaron la existencia del complot, con datos sobre los responsables, sus reuniones y ubicaciones.

El mandatario explicó que las autoridades venezolanas ya trabajan en la identificación y captura de los sospechosos presuntamente implicados en el plan, aunque evitó revelar detalles sobre sus identidades o motivaciones. En tanto, Jorge Rodríguez, jefe negociador del gobierno venezolano, informó que se notificó formalmente a Estados Unidos sobre los hallazgos, incluyendo nombres y elementos específicos de la investigación.

Maduro calificó el supuesto intento de ataque como una provocación planificada para culpar al gobierno bolivariano y justificar una posible escalada de conflictos con Estados Unidos. Según dijo, este tipo de acciones buscan crear un clima de desestabilización interna y alimentar narrativas de intervención extranjera.

El anuncio se produce en un contexto de renovadas tensiones entre Caracas y Washington, luego del despliegue militar estadounidense en el Caribe. Mientras el gobierno venezolano interpreta la presencia de esas fuerzas como una amenaza de cambio de régimen, Estados Unidos sostiene que se trata de una operación de combate al narcotráfico en la región.